En el vibrante mundo de la preparación física, el término "entrenamiento funcional" ha cobrado una relevancia sin precedentes en los últimos años. Esta metodología, que se centra en movimientos que imitan las actividades cotidianas o deportivas para mejorar el rendimiento general y la calidad de vida, ha dado pie a una curiosa tendencia: los 'inventores de ejercicios'. Estos individuos han llevado el concepto de innovación a extremos cuestionables, creando nuevos ejercicios a partir de los existentes que a menudo carecen de sentido y fundamento científico. ¿Estamos ante un avance en la ciencia del ejercicio o frente a un peligroso retroceso?
La seducción de la innovación
El atractivo del entrenamiento funcional radica en su promesa de mejorar la movilidad, la estabilidad y la fuerza en patrones de movimiento naturales. Sin embargo, en la búsqueda de originalidad y diferenciación, muchos entrenadores han comenzado a desviarse de los principios básicos, creando ejercicios extravagantes que desafían tanto la lógica como la biomecánica.
Estos 'inventores de ejercicios' introducen movimientos complejos que, a pesar de su apariencia innovadora, ofrecen escasa o nula justificación teórica.
La base del rendimiento deportivo
Es importante recordar que los pilares del rendimiento deportivo se sostienen sobre ejercicios básicos de fuerza y acondicionamiento que han resistido la prueba del tiempo. Movimientos como el snatch, clean & jerk, peso muerto, sentadillas y presses son fundamentales para desarrollar la fuerza y la potencia necesarias en cualquier deporte. Estos ejercicios, cuando se ejecutan correctamente, son altamente efectivos y requieren una técnica precisa, una progresión adecuada y una comprensión profunda de la mecánica corporal.
Además, la pliometría, los ejercicios de velocidad y el cambio de dirección son componentes críticos en el desarrollo de atletas rápidos y ágiles. La correcta implementación de estos ejercicios puede ser bastante desafiante, demandando un conocimiento detallado de la mecánica corporal, de la fisiología del ejercicio y una supervisión constante para asegurar su correcta ejecución.
El problema con los ejercicios inventados
La proliferación de ejercicios inventados plantea varios problemas. En primer lugar, muchos de estos movimientos carecen de una justificación biomecánica sólida. Los ejercicios complejos y sin sentido no solo son ineficaces, sino que también pueden aumentar el riesgo de lesiones al imponer cargas y movimientos anómalos sobre el cuerpo.
La falta de dominio de los movimientos básicos antes de intentar estas variaciones también es preocupante, ya que puede llevar a una mala ejecución y resultados insatisfactorios.
Gimmicks o tonterías de gimnasio
En este contexto, también surge el fenómeno de los gimmicks o tonterías de gimnasio. Estos son dispositivos y técnicas que prometen resultados rápidos y milagrosos sin ningún respaldo científico. Desde máquinas que vibran y aseguran quemar grasa con solo pararse sobre ellas, hasta artilugios que supuestamente mejoran el equilibrio y la fuerza con movimientos mínimos, estos gimmicks representan una desviación del enfoque serio y fundamentado del entrenamiento físico.
La proliferación de estos dispositivos no solo engaña a los usuarios sobre su eficacia, sino que también desvaloriza la importancia del esfuerzo y la técnica adecuada en el entrenamiento.
Volviendo a lo básico "Back to Basics".
Para maximizar la eficacia de los programas de entrenamiento deportivo, es crucial volver a los fundamentos. Los entrenadores deben centrarse en enseñar y perfeccionar los ejercicios básicos de fuerza, pliometría y velocidad. Esto no solo asegurará una base sólida sobre la cual construir, sino que también garantizará que los atletas desarrollen las habilidades y la fuerza necesarias para sobresalir en su deporte.
La innovación tiene su lugar en el entrenamiento funcional, pero debe estar respaldada por la ciencia y la práctica comprobada. En lugar de buscar la novedad por la novedad misma, los entrenadores deben priorizar la calidad y la efectividad de los movimientos, asegurándose de que cada ejercicio tenga un propósito claro y beneficios tangibles.
Conclusión
El entrenamiento funcional debe ser una herramienta para mejorar el rendimiento y la calidad de vida, no un terreno fértil para experimentos sin fundamento ni para gimmicks de gimnasio.
Los 'inventores de ejercicios' han llevado la creatividad demasiado lejos, a menudo en detrimento de la eficacia y la seguridad.
Volver a los principios básicos y centrarse en la excelencia técnica en ejercicios fundamentales es el camino a seguir para garantizar programas de entrenamiento deportivo realmente efectivos.
La innovación debe ser una extensión de una base sólida, no una distracción de lo que realmente funciona. Al evitar las tonterías de gimnasio y mantener un enfoque en la efectividad comprobada, podemos asegurar que el entrenamiento físico siga siendo una ciencia y no un espectáculo.
COACH MANU
Comments