El monitoreo efectivo de la fatiga y la recuperación es crucial para que los atletas optimicen su rendimiento, prevengan lesiones y aseguren una correcta adaptación al entrenamiento. Existen varias estrategias para evaluar el estado de recuperación de un atleta, que van desde autoevaluaciones subjetivas hasta mediciones fisiológicas objetivas. Cada enfoque tiene sus fortalezas y debilidades. Este artículo analiza algunos de los métodos más utilizados.
1. Session load
El Rating de percepción del esfuerzo de la eesión (sRPE) es un método ampliamente utilizado para medir la carga interna de entrenamiento. Se calcula multiplicando la duración de una sesión por la percepción de esfuerzo del atleta (en una escala de 1 a 10). Esto proporciona una medida general de la intensidad del entrenamiento, que se puede monitorear a lo largo del tiempo.
La relación de carga aguda-crónica (ACWR) compara la carga aguda (a corto plazo), generalmente durante una semana, con la carga crónica (a largo plazo), que se promedia durante cuatro semanas. El ACWR ayuda a identificar aumentos repentinos en la carga de trabajo, que están asociados con un mayor riesgo de lesiones si no se gestionan adecuadamente (Myers et al., 2019).
Ventajas: La carga de sesión (Min × RPE) es fácil de implementar, rentable y proporciona una estimación confiable de la carga interna de entrenamiento desde la perspectiva del atleta. El ACWR ayuda a identificar períodos en los que un atleta puede estar en mayor riesgo de lesión debido a una sobrecarga, lo que permite a los entrenadores ajustar las cargas de entrenamiento en consecuencia (Williams et al., 2017).
Limitaciones: La precisión del sRPE depende de la capacidad del atleta para evaluar con precisión su percepción del esfuerzo, lo que puede variar según el estado de ánimo, la fatiga o la motivación. El ACWR puede no aplicarse de manera uniforme en diferentes deportes, y su efectividad para predecir el riesgo de lesiones puede variar entre los atletas (Hader et al., 2019). Además, si los datos no se registran de manera consistente, puede llevar a evaluaciones inexactas.
2. Cuestionarios de autoevaluación
Los cuestionarios de autoevaluación, como el wellness questionnaire, permiten a los atletas calificar sus niveles percibidos de fatiga, recuperación y estrés. Estas herramientas proporcionan datos subjetivos valiosos sobre cómo se sienten los atletas en cuanto a su bienestar físico y psicológico.
Ventajas: Los cuestionarios de autoevaluación son fáciles de administrar y brindan información en tiempo real sobre la experiencia subjetiva del atleta respecto al entrenamiento y la recuperación. Son no invasivos y rentables, lo que los hace prácticos para el uso diario (Coutts & Reaburn, 2008).
Limitaciones: La precisión de los auto informes depende en gran medida de la honestidad y el autoconocimiento del atleta. Factores externos, como el estado de ánimo, el estrés o las influencias sociales, pueden sesgar las respuestas. Además, los datos subjetivos no siempre pueden correlacionarse con medidas objetivas de fatiga, como la variabilidad de la frecuencia cardíaca (Campbell et al., 2020).
3. Variabilidad de la frecuencia cardíaca (HRV)
La HRV es una herramienta ampliamente utilizada para monitorear la recuperación al evaluar la regulación del sistema nervioso autónomo sobre la función cardíaca. La HRV mide la variación en el tiempo entre latidos cardíacos consecutivos, con una menor variabilidad indicando niveles más altos de fatiga.
Ventajas: La HRV es una medida objetiva y no invasiva que proporciona información sobre el estado fisiológico del atleta, especialmente en relación con la recuperación y la preparación para el entrenamiento. Se puede utilizar para detectar signos tempranos de sobreentrenamiento, lo que permite ajustar las cargas de entrenamiento (Thorpe et al., 2017).
Limitaciones: La HRV es sensible a factores externos como la hidratación, enfermedades y el estrés emocional, lo que puede confundir los resultados. Además, requiere equipos especializados y conocimiento para la recolección e interpretación de datos precisos, lo que la hace menos accesible para algunos equipos y atletas (Schneider et al., 2018).
4. Pruebas de función neuromuscular
Las pruebas de función neuromuscular, como el Salto con Contramovimiento (CMJ), se utilizan frecuentemente para evaluar la potencia y la fatiga neuromuscular de un atleta. Una disminución en el rendimiento del salto a menudo indica fatiga neuromuscular.
Ventajas: Estas pruebas proporcionan una medida directa y objetiva del rendimiento físico de un atleta y son efectivas para identificar disminuciones en la función neuromuscular inducidas por la fatiga. Son rápidas de administrar y se pueden usar regularmente para rastrear cambios en el rendimiento con el tiempo (Hader et al., 2019).
Limitaciones: Aunque son efectivas, las pruebas de función neuromuscular requieren equipos específicos, como plataformas de fuerza o colchonetas de salto, que pueden no estar fácilmente disponibles para todos los equipos. Además, las pruebas pueden inducir fatiga adicional, lo que las hace menos adecuadas durante los períodos de recuperación (Thorpe et al., 2017).
5. Biomarcadores (pruebas de saliva y sangre)
Las evaluaciones de biomarcadores implican la medición de marcadores fisiológicos como el cortisol, la creatina quinasa y otros marcadores hormonales o inflamatorios a través de muestras de saliva o sangre. Estos marcadores proporcionan información directa sobre los niveles de estrés fisiológico y recuperación del cuerpo.
Ventajas: Los biomarcadores ofrecen datos objetivos que pueden reflejar el daño muscular, los niveles de hormonas del estrés y la inflamación. Estas mediciones ayudan a comprender los procesos internos de recuperación del atleta después de entrenamientos o competencias intensas (Hogarth et al., 2015).
Limitaciones: Las evaluaciones de biomarcadores son invasivas, costosas y requieren análisis de laboratorio, lo que puede retrasar los resultados. Esto limita su utilidad para el monitoreo diario y la toma de decisiones en tiempo real en entornos de entrenamiento (Thorpe et al., 2017). Además, la variabilidad en las respuestas entre individuos dificulta la estandarización de los umbrales para todos los atletas.
6. Monitoreo del sueño
El sueño es crucial para la recuperación, y las herramientas de monitoreo como los dispositivos portátiles, los diarios de sueño y las aplicaciones proporcionan datos sobre la duración y la calidad del sueño. El seguimiento del sueño ayuda a evaluar qué tan bien se están recuperando los atletas y los prepara para las siguientes sesiones de entrenamiento.
Ventajas: El monitoreo del sueño permite la detección temprana de patrones de mala recuperación, como la falta de sueño o la mala calidad del mismo. Esta información es útil para los atletas que enfrentan horarios de viaje o cargas de entrenamiento intensas (Costa et al., 2022).
Limitaciones: Los dispositivos portátiles utilizados para monitorear el sueño no siempre proporcionan datos precisos sobre las etapas del sueño y su calidad. Además, factores externos como el estrés o la ansiedad antes de la competencia pueden afectar el sueño, lo que dificulta aislar los efectos del entrenamiento sobre la recuperación (Sargent et al., 2014).
Conclusión
El monitoreo de la fatiga y la recuperación es esencial para mantener el rendimiento atlético y prevenir lesiones.
Si bien ningún método puede capturar completamente el estado de preparación de un atleta, el uso combinado de medidas subjetivas y objetivas proporciona una comprensión más completa de su estado de recuperación.
Al integrar herramientas como cuestionarios de autoevaluación, HRV, biomarcadores, pruebas de función neuromuscular, monitoreo del sueño y seguimiento de la carga externa, los entrenadores y científicos del deporte pueden tomar decisiones informadas sobre los ajustes de entrenamiento, asegurando que los atletas rindan al máximo y disminuyan el riesgo de lesión.
Desde mi punto de vista como entrenador los atletas recreativos pueden controlar sin coste alguno los niveles de fatiga y recuperación con herramientas sencillas muy eficaces como el session load o wellness questionnaires, mientras que los profesionales deberían integrar técnicas más sofisticadas con software de análisis de datos para interpretar adecuadamente los resultados.
COACH MANU
Referencias
Campbell, P. G., Stewart, I., Sirotic, A., & Minett, G. (2020). Does exercise intensity affect wellness scores in a dose-like fashion? European Journal of Sport Science, 20, 1395-1404.
Costa, J. A., Figueiredo, P., Nakamura, F. Y., & Brito, J. (2022). The Importance of Sleep in Athletes. Exercise Physiology [Working Title].
Coutts, A., & Reaburn, P. (2008). Monitoring Changes in Rugby League Players' Perceived Stress and Recovery during Intensified Training. Perceptual and Motor Skills, 106, 904-916.
Hader, K., Rumpf, M., Hertzog, M., Kilduff, L., Girard, O., & Silva, J. (2019). Monitoring Athlete Match Response: Can External Load Variables Predict Post-match Acute and Residual Fatigue in Soccer? Sports Medicine - Open, 5.
Hogarth, L., Burkett, B., & McKean, M. (2015). Understanding the Fatigue-Recovery Cycle in Team Sport Athletes. Journal of Sports Medicine & Doping Studies, 5.
Schneider, C., Hanakam, F., Wiewelhove, T., Döweling, A., Kellmann, M., Meyer, T., & Ferrauti, A. (2018). Heart Rate Monitoring in Team Sports—A Conceptual Framework for Practical Application. Sports Medicine, 48, 887-898.
Thorpe, R. T., Strudwick, A. J., Buchheit, M., Atkinson, G., Drust, B., & Gregson, W. (2017). Monitoring Fatigue Status in Elite Team-Sport Athletes: Implications for Practice. International Journal of Sports Physiology and Performance, 12, S27-S34.
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